El equilibrio entre el ser y el hacer en la practica espiritual

El equilibrio entre el ser y el hacer es un aspecto fundamental de la práctica espiritual. A menudo, nos encontramos en una sociedad donde se valora el hacer y la productividad, en lugar de la simple presencia y la conexión con nuestro ser interno. Sin embargo, en la práctica espiritual, es esencial encontrar un equilibrio entre estas dos fuerzas.

El ser y el hacer son como dos caras de una misma moneda. El ser se refiere a nuestra presencia consciente, a estar plenamente presente en el momento, en contacto con nuestra esencia divina. El hacer, por otro lado, se refiere a nuestras acciones, a la capacidad de llevar a cabo nuestras tareas y responsabilidades en el mundo.

El equilibrio entre el ser y el hacer implica encontrar la armonía entre estas dos fuerzas, sin inclinarnos demasiado hacia ninguna de las dos. Si nos enfocamos demasiado en el hacer, podemos perder de vista nuestra conexión con nuestro ser interno, lo que puede llevar a la sensación de desconexión y falta de propósito. Si, por otro lado, nos enfocamos demasiado en el ser, podemos perder la capacidad de llevar a cabo nuestras tareas y responsabilidades en el mundo.

Para encontrar este equilibrio, es importante encontrar tiempo para conectarnos con nuestro ser interno a través de prácticas como la meditación, el yoga o la reflexión personal. Estas prácticas nos ayudan a entrar en contacto con nuestra esencia divina y nos permiten estar presentes en el momento presente.

Al mismo tiempo, es importante reconocer que también tenemos responsabilidades y tareas en el mundo. En lugar de ver estas tareas como una carga, podemos aprender a abordarlas desde una perspectiva más consciente, reconociendo que nuestras acciones en el mundo también son una oportunidad para crecer y aprender.

En última instancia, el equilibrio entre el ser y el hacer es un proceso continuo y dinámico. Requiere un compromiso constante de estar presente en el momento y de encontrar la armonía entre estas dos fuerzas. Sin embargo, cuando encontremos este equilibrio, podemos experimentar una sensación de plenitud y propósito en nuestras vidas.